Un ecosistema sin igual en el mundo, la preservación de la Selva Amazónica es uno de los mayores y más complejos desafíos de nuestro tiempo, pero también una gran oportunidad para un modelo de desarrollo sostenible basado en la ciencia, la tecnología y la innovación.
La región abarca una parte importante de los recursos naturales globales y desempeña un papel vital en la provisión de productos y servicios ambientales en el ciclo del carbono y en la regulación del clima.