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Foto: NASA

Por que a Amazônia?

Un ecosistema sin igual en el mundo, la preservación de la Selva Amazónica es uno de los mayores y más complejos desafíos de nuestro tiempo, pero también una gran oportunidad para un modelo de desarrollo sostenible basado en la ciencia, la tecnología y la innovación.

La Amazonia es la selva tropical más grande del mundo, con una superficie aproximada de 5,5 millones de km², de los cuales el 60 % se encuentra en Brasil. Su cuenca hidrográfica constituye el sistema fluvial más extenso del mundo, con más de 7 millones de km² distribuidos entre Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. La región alberga una enorme biodiversidad, la mayor parte de la cual se encuentra en Brasil, lo que representa el bioma más extenso del país.

La región abarca una parte significativa de los recursos naturales globales y desempeña un papel vital en la provisión de productos y servicios ambientales en el ciclo del carbono y la regulación del clima. Es de gran importancia estratégica porque, además de recursos económicos como el agua y las actividades extractivas, posee activos invaluables como el conocimiento, la lengua y la cultura de las poblaciones tradicionales.

El agua cumple un papel fundamental en el mantenimiento de la selva tropical, ya que transporta energía y nutrientes a “tres estructuras forestales”: la llanura de inundación, inundada periódicamente por ríos de aguas blancas; el igapó, inundado por ríos de aguas negras; y la tierra firme (tierra seca), que, resistente a las inundaciones, ocupa más del 80% de la Amazonia.

Desde la expedición de Alexander von Humboldt a principios del siglo XIX, la Amazonia ha sido objeto de gran interés científico. La región cuenta con universidades e institutos de investigación muy activos y una larga trayectoria de cooperación nacional e internacional. Investigaciones a gran escala, como el LBA (Experimento Biosfera-Atmósfera a Gran Escala en la Amazonia), han permitido avances significativos en la comprensión de los ecosistemas y las relaciones entre la naturaleza y la sociedad en la Amazonia. Estos estudios miden el impacto de las acciones humanas, como la propagación de la deforestación, y demuestran la contribución esencial de la biodiversidad al clima regional y global.

El consenso científico indica que la preservación forestal es fundamental para la sostenibilidad del planeta. Los estudios también destacan el desafío de «...transformar el valor de los servicios ambientales del bosque en un flujo monetario que pueda utilizarse para mantener el bosque y a la población humana que lo defiende».

Es importante destacar que numerosos estudios presentan formas de mitigar los efectos adversos sobre las comunidades indígenas, ribereñas y urbanas, indicando un camino sostenible para el desarrollo de la región.

Sin embargo, a pesar de ser la región con mayor biodiversidad natural del país, su desarrollo socioeconómico, centrado en las actividades forestales, aún no ha alcanzado su máximo potencial. La región aún no ha encontrado formas de regular y combatir problemas crónicos como la deforestación y la minería ilegal.

Existe un gran desafío en la regularización de tierras y faltan planes de crecimiento económico inclusivos y sostenibles. La investigación científica desempeña un papel fundamental en un programa de desarrollo sostenible, respaldando decisiones de política pública basadas en evidencia e inversiones privadas.

El bioma amazónico es rico en diversidad biológica, pero la región requiere mayor inversión en ciencia, tecnología e innovación, investigación básica y aplicada, y recursos humanos cualificados. Comprender la Amazonía a través de sus características únicas, su potencial, sus complejidades y sus fascinantes desafíos es esencial para comprender la importancia de las inversiones que promueven la ciencia y la tecnología como instrumentos clave para su desarrollo, considerando la sostenibilidad y la competitividad.

Lineamientos bien establecidos para el fortalecimiento de la infraestructura regional e intrarregional de CT&I, así como la ampliación del número de recursos humanos altamente calificados y el fomento de la investigación científica y tecnológica, son condiciones estratégicas para los avances necesarios, pues esta región también posee un potencial inequívoco para generar innovación, producción, procesamiento, comercialización y consumo de productos originados en la biodiversidad bajo las bases de la sostenibilidad.

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